Nos abandona una de las plumas más agudas y prolíficas del periodismo salvadoreño. Lo digo sin ningún afán de congraciarme. Amigo, te has ganado ese epíteto a pulso. Ya no sos una joven promesa. Sos todo un monstruo. Deseo que te vaya bien en la Vieja Europa. Mucha suerte y cuidado con el waro. Abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario