lunes, 30 de junio de 2008

Creo que La Lola se murió

Por estos días mi casa es un caos. Apenas se ve el piso. El fin de semana La Lola se cayó. Ni caso le hice en aquel maremagnum de ropa y artículos domésticos que inundan mi casa. Pero ayer la levanté (ah, por cierto, La Lola es mi bicicleta) y resulta que tenía el cuello torcido (el manubrio pues), los cables de frenado todos retorcidos y una pieza de plástico del freno quebrado. Me duele mucho su suerte. Espero que tenga reparo. Lola, te quiero, aunque no me creás. Estás tirada, pero te quiero.

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